Para mí supuso todo un honor. Además maté dos pájaros de un tiro. Como aquel que apunta bien…
Conocí personalmente al gran galán Arturo Fernandez. Pero, cuál no sería mi sorpresa que sería en el mismísimo teatro de Jesús Quintero dónde aquellos fantásticos momentos sucedieron.
Aquello ocurrió, no hace mucho, en una bella calle de Sevilla. La de nombre: Calle Cuna, tan cerca del Palacio de Lebrija. Y en el teatro del loco. Aquel loco al que seguí desde mi juventud. Aquel loco del que jamás me cansaba, ni me agotaba oír sus cuentos. Aquel loco del que tanto aprendí. Aquel loco al que tanto me asemejaba. Y, me asemejo. Un loco. Otro loco como yo. Aunque nunca lo dudes: Como la mayoría, un loco genial.
El loco de la colina, Jesus Quintero
Gracias por tu soporte